Frases que pueden dañar a nuestros hijos…

Como padres es natural desear el bienestar de nuestros hijos.  Por eso, cuando observamos conductas que pueden afectarlos, lógicamente nos preocupamos. El problema es que bajo emociones (como la preocupación) podemos utilizar frases que dañan en lugar de ayudar.

La forma como intentamos corregir los malos hábitos es a través de lo que les decimos o tratamos imponer.

En todos los años que tengo trabajando con familias he notado un patrón bastante común en los padres preocupados en torno a la alimentación de sus hijos. 

Con la intención de ayudarlos, hacen y dicen cosas que a la larga producen el efecto contrario.

Veamos a qué me refiero….

1) Intentan forzarlos a comer cuando los perciben muy delgados y a que dejen de comer cuando hay sobrepeso u obesidad.

2) Utilizan frases y expresiones, que en lugar de ayudarles, generan un impacto negativo en sus hijos.

Lo que sucede es que detrás de la forma de comer de una personase esconden muchos factores que NO vemos.

Nuestra conducta alimentaria no solo refleja nuestros gustos y preferencias. También refleja nuestras emociones y creencias.

Lamentablemente, cuando los padres intentan corregir los hábitos alimentarios de sus hijossin darse cuenta pueden tocar temas sensibles como su apariencia, su peso, su cuerpo, su forma de comer, o de ser y utilizar frases que dañan y afectan su autoestima.

En lugar de ayudarlos, generan en ellos ansiedad por la comida.

LA CLÁSICA HISTORIA…

Muchas mamás restringen en casa alimentos que consideran poco nutritivos y muy altos en calorías.

Y para ello, mantienen alacena y refrigerador libre de alimentos «chatarra»….

Pero además… Viven hablando de dietas, de la obesidad y sus enfermedades, de la gordura, o al contrario, admirando los cuerpos delgados.

Utilizan frases como:

  • «Comes demasiado, si sigues vas a engordar»
  • «La comida chatarra te pone feo»
  • «¿Sabes que si engordas te vas a enfermar?»
  • «Eres tan bonita, si bajaras de peso estuvieras más aún»
  • «¡Qué bonita es «fulanita», tan delgadita!»
  • «Si no te comes las frutas no habrá futbol»
  • «¡Qué fea fulanita, cada vez más gorda!»

O también dicen cosas como estas frente a sus hijos:

  • «No tengo fuerza de voluntad, otra vez comí como marrana»
  • «Qué gorda estoy»

Sin darse cuenta, transmiten sus propias ideas y emociones a sus hijos, como…

1. La creencia de como debe  ser una alimentación sana

2. El temor a engordar (o enfermar, según sea el discurso)

3. La inseguridad cuando no se tiene la figura ideal

Pero sin quererlo también generan en sus hijos:

  • El deseo de comer esa comida prohibida 
  • La ansiedad cuando la comen a escondidas
  • Y el miedo a no ser lo suficientemente buenos o valiosos tal y como son… (baja autoestima).

¿Cómo podemos fomentar buenos hábitos de alimentación cuando nuestros hijos no comen bien?

Lo primero y lo más importante que como padres podemos hacer es revisar nuestra propia relación con la comida.

Es decir, tomar conciencia de nuestros hábitos alimentarios y de nuestras creencias y emociones sobre la comida.

Nuestros hijos aprenden de nosotros.

Para comer sanamente es preciso tener una buena relación con la comida y una autoestima positiva.

Y para ello, necesitamos fomentar en nuestros hijos el amor propio y hábitos saludables libres de ansiedad.

Podemos aprender a comer sanamente, sin utilizar la comida como medicina para el alma, ni satanizarla como la mala del cuento.

Revisar nuestras creencias y tener una sana relación con nuestro propio cuerpo y con la comida es la mejor forma de ayudarlos.

Si nos cuidamos desde el amor propio y no desde el miedo a no ser suficientes y lo modelamos a nuestros hijos, ellos también lo aprenderán.

UNA HISTORIA DE LA VIDA REAL…

Yo tengo 3 hijos adolescentes. 

Los tres son muy sanos, son delgados y comen absolutamente de TODO. En mi casa no hay restricciones ni en la alacena ni en el refrigerador.

Aquí te comparto dos fotos, una de mi alacena y de mi cocina :

¿Cómo hice para que mis hijos aprendieran a comer sanamente, variado, sin miedo y sin desbocarse ante la comida chatarra?

Te cuento mi historia

De adolescente tuve muchos problemas con la comida.

Mi formación en medicina y nutrición me ayudaron a entender qué alimentos son sanos… 

Pero eso no me quitó la ansiedad, la culpa o el miedo…

Lo que realmente me ayudó fue aprender a quererme y a cuidarme.

Sí, por cursi que pueda sonar, ¡esa fue la clave!

Entendí mi forma de comer y lo que estaba detrás. Todas esas creencias que mi madre me transmitió al crecer, sin querer.

Mi práctica de alimentación consciente (mindful eating), me enseñó a escuchar a mi cuerpo y a regular mis emociones, para alimentarme sanamente.

Pude sanar mi relación con la comida. Y aprendí a cuidarme por amor y no por miedo.

Entonces tomé conciencia de que no quería repetir la historia con mis hijos.

Así fue como PUDE CORTAR CON LA CADENA DE CREENCIAS Y MIEDOS en torno a la comida y NO TRANSMITIRLAS a mis hijos.

Y hoy puedo decir con alegría que…

Mis hijos comen sanamente, disfrutando de todo y libres de ansiedad, miedo o baja autoestima. 

¡Por eso sé que todos los padres lo pueden lograr!

Si quieres aprender a fomentar una sana relación con la comida en tu familia, ven a mi clase gratuita de Mindful Eating:

La clase será vía Zoom, el viernes 1 de diciembre, a las…

  • 4 pm hr Mexicali; San Diego; Vancouver
  • 5 pm hr Calgary; Colorado; Mazatlán
  • 6 pm hr Cd. México; Dallas; Monterrey
  • 7 pm hr Bogotá; Lima; Montreal; New York

El cupo es limitado a 100 plazas, y ya quedan pocos lugares. 

Regístrate dando clic en este botón: 

Será un gusto que me acompañes a explorar este maravilloso tema.

Y recuerda…

Cuando nos movemos desde el amor, creamos el espacio donde la ansiedad solo es un visitante pasajero.

–Claudia Vega

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