¿Cómo ser una madre presente a pesar del trabajo? ¡Y de todas las otras cosas que tenemos que hacer!
Ser mamá y trabajar parece sencillo, porque habemos millones de mujeres en el mundo en esta situación…
Sin embargo, no solo no es fácil, sino que puede resultar muy complejo.
Con el deseo de cumplir con tantos roles: mamá, profesional, pareja cuando es el caso, hija, etc… a veces nos desgastamos.
Y no solo aparece el estrés, sino todo lo que lo acompaña:
Bajo estrés, no tomamos las mejores decisiones…
Cuando estamos agobiadas, no tenemos la misma energía
Bajo estrés, no rendimos igual en el trabajo y en casa solemos estar más irritables.
Lamentablemente, a veces, nuestros hijos pagan los platos rotos.
El ciclo vicioso del estrés
Y al sentir que las cosas se salen de nuestro control, lo que comúnmente intentamos es hacer todavía más.
Entonces, nos desvelamos, madrugamos, tratamos de ser multitareas, nos llevamos trabajo a casa y en la oficina estamos pensando en los pendientes del hogar.
En palabras sencillas, bajo estrés, no somos nuestra mejor versión. Y caemos en el ciclo vicioso:
ESTRÉS → SOBRECARGA → CANSANCIO → POBRE RENDIMIENTO → ESTRÉS
Y sin darnos cuenta, el estrés esto empieza a afectar lo más importante:
Nuestra salud y la relación con los que más amamos.
Y en la crianza, entonces surge la culpa por no ser una madre presente, paciente y con la mejor energía para nuestros hijos.
¿Te suena?
Las buenas noticias son que afortunadamente esto tiene solución.
La clave principal para llevar una crianza amorosa y ser una madre presente, a pesar de todas las ocupaciones es el buen manejo del estrés y del tiempo.
Para ello existen estrategias sencillas, que podemos aprender e incorporar a nuestro día a día.
Aquí te comparto 5 tips prácticos para que te organices mejor y tengas tiempo a pesar de todo y de todos.
- Regula tu estrés: Si dejas que las emociones te consuman, será más difícil que tengas claridad para tomar buenas decisiones y usar tu tiempo de forma efectiva. Así que medita, sal a caminar, practica alguna actividad física que te permita canalizar tu energía. Y no olvides dormir, descansar, es esencial para regular el estrés.
- Prioriza: Haz una lista de las tareas (de casa y trabajo) que son realmente importantes y revisa cómo estás actualmente abordándolas, e identifica en qué se te va el tiempo de forma inadvertida e inefectiva. Con esto claro ve al siguiente paso.
- Prográmate: idea un plan de acción con acciones específicas para atender las tareas que son realmente importantes. Ojo, dale tiempo a esto y verás como al final ese tiempo no solo lo recuperarás, sino que tendrás mejores resultados gracias a tu plan. Recuerda incluir tu tiempo de familia y respetarlo como si fuera tu cita más importante.
- Agenda: Ponle fecha en el calendario a las cosas que necesitas o deseas hacer, ya sea en tema profesional o familiar. Dicen que si no está en la agenda, no sucede, y lo creo firmemente. Cuando no le damos seriedad a nuestros planes, surgen otras distracciones que nos alejan de nuestras metas.
- Celebra tus avances: Haz una evaluación interna al final del día y de la semana y mide tu progreso, tanto en tema del estrés como en el manejo de tu tiempo. Nota qué puedes seguir mejorando, pero presta atención a tus logros y celébralos. No hay mejor motivador que nuestro propio progreso, aun si parece chiquito. Recuerda, paso a paso se recorren largas distancias.
Cierro con este recordatorio:
Nuestros hijos no necesitan madres perfectas, sino madres presentes, amorosas, pacientes y felices.
Aun si por momentos el estrés nos gana y la paciencia se va, al final, lo que importa es a donde se inclina la balanza en la suma de eventos.
Cuando tú estás bien, es más fácil ser esa mamá presente y amorosa, que la mayoría anhelamos ser.
Tu cariño y tu tiempo son la mejor forma de decirle a tus hijos lo importantes y valiosos que son… Y que merecen buen tranto, tanto como lo mereces tú.
Así que cuídate, ámate y dedícate tiempo. Tu bienestar y tu presencia son el mejor regalo que puedes dar a tus hijos.