¿Hijos desafiantes?

Mi hijo “me” reta

Seguramente alguna vez has pensado o escuchado la frase «mi hijo me reta», o «el niño (o niña) nos manipula». A veces los padres nos encontramos con que un hijo que reta, un niño que manipula, tratando de expandir sus límites y lograr sus propósitos. Pero, déjame preguntarte: ¿quién no ha intentado alguna vez eso, conseguir lo que le interesa?

Obtener aquello que nos interesa es parte de nuestra naturaleza. Sería extraño que la gente no tenga deseos, o bien que no haga nada por ellos. Sin embargo, habríamos de pensar dos veces antes de catalogar a los niños como manipuladores, egoístas y hasta narcisistas. Veamos por qué.

Cuando de los hijos se trata, creo que vale la pena reflexionar y dar un vistazo no sólo a sus conductas y actitudes, sino también a las propias. Aunque no siempre sea fácil tener la apertura y humildad para ver las cosas desde una óptica que nos incluye, habríamos de recordar que las conductas de nuestros hijos reflejan mucho de lo que ocurre en casa, de lo que ven en nosotros, los padres.

En la frase «mi hijo me reta» se esconde algo muy interesante. Y es que si no somos atentos, fácilmente nos tomamos de forma personal la conducta de los demás y con los niños pasa muy a menudo. Decir mi hijo me reta, o «me» hace, o «me» dice, tal o cual cosa, «me» trata de tal o cual manera puede estar una inadvertida proyección. Tomarnos personal la conducta del niño, o de cualquier persona, debería invitarnos a reflexionar que es lo que está pasando con nosotros mismos.

La crianza es responsabilidad de los padres

Nuestros hijos dependen de nosotros. Como los adultos y figuras de autoridad debemos estar atento a que estamos haciendo, o dejando de hacer, que propicie tales conductas. ¿Las necesidades afectivas y emocionales del niño están siendo cubiertas? O tal vez no estamos estableciendo límites de manera pertinente y consistente.

Somos nosotros quienes formamos a nuestros hijos y no al revés. Y si bien todas las personas tenemos diferentes temperamentos, es importante reflexionar en la calidad de vínculo que nuestros hijos están desarrollando hacia nosotros. ¿Somos padres presentes? ¿Comunicamos clara y amorosamente? ¿Les damos el tiempo que merecen? ¿Sabemos realmente sus necesidades?

Desde que me volví madre y a través de mi trabajo con muchos padres de familia, he podido ver la crianza como un arte, que requiere el desarrollo de habilidades que no sabíamos que teníamos, paciencia para sortear las dificultades y mucho amor para que este proceso resulte en una relación sana, estrecha y memorable entre nosotros y nuestros hijos.

Si nuestros hijos efectivamente retan o manipulan, podemos tomar tal situación como una oportunidad para reflexionar en nuestro propio trabajo de crianza y revisar cómo nos estamos vinculando con nuestros hijos.

Acercarnos, conocerlos y tratar de entenderlos es la ruta más sencilla para poderlos ayudar y resolver cualquier conflicto en nuestra familia. Y si efectivamente, nuestro hijo tiene alguna situación emocional que necesitamos atender, podremos darnos cuenta si estamos presentes y atentos.

Podemos ver los retos de la crianza y las actitudes negativas de nuestros como dificultades, o como oportunidades de crecimiento para ellos y para nosotros.

Si algo he aprendido a lo largo de los años es que en donde hay incomodidad se esconde una oportunidad para revisarnos y crecer y cuando se trata de los seres queridos, los obstáculos se superan a base de amor, presencia y la voluntad de salir adelante. La próxima vez que tu hijo «te» rete, date permiso de enfrentar la situación con amor. Seguramente algo muy bueno resultará y juntos superarán el reto.

Posdata: Si el contenido de este post te ha gustado, por favor compártelo con otros:

Scroll al inicio

Lleva mindfulness y bienestar a tu vida y atrévete a vivir plenamente

Ingresa tus datos y suscríbete para recibir tips prácticos e invitaciones a nuestros recursos gratuitos.