El cariño fraterno es muy especial
¿Alguna vez has reflexionado sobre el amor de hermanos y la importancia que tiene la interacción y convivencia que nuestros hijos tienen entre sí? Más allá de saber que los hermanos pelean, pero a pesar de todo se aman, esa relación sienta la base para muchas relaciones futuras. El hogar se vuelve algo así como el ensayo para la vida. Es en casa en donde aprendemos a resolver problemas, hacer negociaciones, respetar o manipular, ser empáticos o egoístas.
Con todo y pleitos…
Los padres observamos y conocemos a nuestros hijos si estamos atentos. A veces nos estresamos por los pleitos, sobre todo cuando algún hermano ejerce fuerza sobre el otro. Necesitamos estar presentes y actuar en situaciones así. Sin embargo, si nuestros hijos están bien, el permitirles convivir y explorar sus límites bajo las reglas de casa es una oportunidad para que aprendan a socializar y aprender las habilidades necesarias para funcionar en sociedad.
Como dije, es muy importante estar atentos. Observar que nuestros hijos se respeten entre sí, que no haya abusos o resentimientos y de haberlos, actuar a tiempo. A veces nuestros hijos se sienten solos, invalidados o no apreciados y manifiestan estas emociones en las conductas que tienen con sus hermanos.
Sin embargo, si lo detectamos y lo abordamos con responsabilidad, podemos ayudarles a resolver sus conflictos. Siendo honestos, nosotros los padres somos quienes a veces generamos los distanciamientos y resentimientos entre los niños al hacer comparaciones o invalidar con nuestros comentarios a alguno de ellos. Esto pasa más frecuentemente de lo que pensamos y tenemos que estar atentos y cambiarlo.
Si tenemos claros los valores de casa y los sabemos comunicar, nuestros hijos no tienen porqué tener mayor problema. Si por el contrario, no llevamos una crianza efectiva, los conflictos entre hermanos o entre padres e hijos pueden afectar toda la dinámica familiar.
Fuera de situaciones muy particulares, la relación entre hermanos es una de las más especiales que tendremos a lo largo de nuestra vida. En algunas ocasiones incluso, los vínculos fraternos son más fuertes que los parentales, sobre todo cuando los padre están ausentes o tienen dificultades para vincularse con sus hijos.
El lazo entre los hermanos es muy especial, un vínculo de camaradería, complicidad, crecimiento que a veces sólo ellos entienden. A nosotros los padres nos toca ayudar a que ellos lo cultiven a lo largo de la vida. La familia es la base de la sociedad y el lazo fraterno ha de reflejar la buena relación de los padres, incluso si estos están separados. Enseñamos con el ejemplo.
Como padres, nos toca sentar las reglas de convivencia y armonía, pero también a dar el espacio que los hijos necesitan. Si nosotros educamos con amor y respeto, seguramente ellos se tratarán con esos valores. Recordemos, el amor y respeto entre hermanos refleja amor y respeto que los padres entre ello y a sus hijos.
–Claudia Vega
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