Querer poder con todo desgasta
Para las que somos madres y además tenemos un trabajo fuera de casa, puede resultar agobiante encontrar el equilibrio entre criar y trabajar… Y no solo es el estrés por la falta de tiempo y las obligaciones combinadas lo que ocupa nuestra mente. Muchas veces sentimos culpa y angustia. Las mamás profesionales llevamos un doble reto. Por un lado, el reto de abordar la crianza como si fuera un arte. Al criar utilizamos lo que sabemos y al mismo tiempo necesitamos «sentir» a nuestros hijos, conocerlos y conectar con ellos. El otro reto es lograrlo a pesar de nuestras ausencias y el poco tiempo que tenemos para estar con ellos.
Tips de Crianza
Rutinas. Los primeros años de vida son indispensables para establecer rutinas y enseñar hábitos a los niños. Ello requiere de un sistema que se repita día con día. Las mamás que trabajamos tenemos que dejar a los niños al cuidado de alguien más y no siempre se cuida que las rutinas se cumplan con consistencia. Entramos en un dilema con terceros cuidadores cuando nos damos cuenta de que las rutinas no se están llevando a cabo. Necesitamos supervisar a las personas que nos apoyan y ver que las rutinas se cumplen.
Límites. ¡Qué duro puede ser ponerle límites a nuestros niños!, sobretodo, los primeros años. Si de por sí es difícil irnos a trabajar con un hueco en el corazón, imagina el subibaja emocional que sentimos cuando al regresar a casa hay quejas. Que si se portó mal, que si trae reporte de la escuela, que si le habló feo a la nanita, que si no se comió sus vegetales, que si no quiere hacer su tarea. Es tan poco el tiempo que tenemos con ellos, que ponerles reglas es un reto, ya sea porque se nos dificulta por la culpa, o porque no sabemos bien cómo hacerlo para que funcionen mientras estamos fuera.
Hablando nos entendemos
Comunicación. Para poder entender a nuestros hijos y que ellos nos entiendan también, es necesario estar presentes en cuerpo y alma; conectar con ellos para poder entender eso que dicen con palabras y con gestos. Cuando tenemos que ir a trabajar, el tiempo disponible para conectar es menor que el de las mamás que permanecen en casa. Sin embargo, aprender estrategias de comunicación asertiva y consciente es posible y bien vale la pena, no sólo para emplearlas con nuestros hijos, sino con todas las personas que nos rodean.
Celos. Seamos sinceras, a muchas nos ha pasado que vemos el amor y cariño que nuestros hijos sienten por quienes los cuidan y a veces… ¡nos dan celos! Si son nuestros tesoros, nuestros bebés por siempre, ¿cómo van a querer y obedecer más a la nana que a nosotras? Esto es hasta cierto punto simpático y es el resultado del contacto cercano que tienen con sus cuidadores. La verdad es que lejos de encelarnos, si vemos que nuestros hijos quieren a sus nanitas, debemos sentirnos tranquilas y agradecidas pues es un signo del buen cuidado que reciben.
Angustia. La contraparte a los celos, es la angustia que podemos sentir cuando notamos que quien cuida a nuestro hijo no lo hace de la mejor manera. No sólo la eficiencia, sino el trato que brinda el cuidador es importante. Habremos de estar atentas de que nuestros hijos queden en manos de personas que no sólo estén bien capacitadas, sino que genuinamente sienten amor por los niños, pues ellos demandan atención y se requiere paciencia para atenderlos.
El equilibrio sí es posible
Cualquiera que sea nuestra labor, a las mamás que tenemos un trabajo o negocio nos puede resultar difícil encontrar el equilibrio entre criar y trabajar. Necesitamos encontrar ese balance para poder tener una presencia atenta con nuestros hijos, conocerlos y desarrollar una relación madre-hijo amorosa, que nos ayude a criarlos con valores y seguridad emocional.
Y aunque pueda ser pesado, si logramos el equilibrio crianza-profesión, no solo podremos conectar con nuestros hijos, sino que les enseñaremos algo muy valioso: que se puede ser madres amorosas, sin renunciar a nuestros sueños y sin dejar de ser autosuficientes. Todo empieza contigo, en tu mente y en la forma como te cuidas.
Recuerda esto: Si tú estás bien, ellos también lo estarán.
–Claudia Vega
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